martes, 10 de agosto de 2010

EN LAS ALTURAS, Thomas Bernhard

durante horas de un lado a otro,
esa gente, cómica, autoengaño: sus contorsiones faciales,
cómo podrían volver a salir de la cárcel en que fueron encerrados,
no queda la menor esperanza,

la realidad es que lo que expresamos, escribimos, es diez veces más tonto que lo que pensamos,
pero sin embargo, como los grandes escritores, nos dejamos tomar por mucho más tontos de lo que somos, y cometemos el absurdo de decir algo, escribirlo, expresar una opinión, defender una orientación, pronunciarnos por una idea.

TODOS LOS HERMOSOS CABALLOS, Cormac McCarthy

La llama de la vela y la imagen de la llama de la vela reflejada en el espejo de cuerpo entero se retorció y enderezó cuando el hombre entró en el vestíbulo y cerró la puerta. Se quitó el sombrero y avanzó lentamente. Las tablas del suelo crujían bajo sus botas. Se detuvo, vestido de luto, ante el espejo oscuro donde los lirios se inclinaban, pálidos, en el curvilíneo florero de cristal tallado. A lo largo del frío pasillo que tenía a sus espaldas colgaban los retratos de antepasados vagamente conocidos por él, todos enmarcados en cristal y débilmente iluminados sobre el estrecho revestimiento de madera. Bajó la mirada hacia el estriado resto de vela. Apretó la yema del pulgar contra la cera caliente encharcada sobre la chapa de roble. Por último miró aquel rostro hundido y contraído entre los pliegues de la mortaja funeraria, el bigote amarillento, los párpados finos como el papel. Aquello no era dormir. Aquello no era dormir.

lunes, 9 de agosto de 2010

LOS LANZALLAMAS, Roberto Arlt

¿Qué hacer? Cierra nuevamente los ojos. El esposo loco. Erdosain, loco. El astrólogo, castrado. ¿Pero existe la locura? Busca una tangente por la que salir. ¿Existe la locura? ¿O es que se ha establecido una forma convencional de expresar ideas, de modo que éstas puedan ocultar siempre y siempre el otro mundo de adentro, que nadie se atreve a mostrar?

jueves, 5 de agosto de 2010

POEMA, Eduardo Lizalde

Silla, no me engañas,
estás ahí,
me espías.
Conoces mis debilidades
sabes lo que soy,
que pienso, que camino,
pertenezco a un género de bestia
que necesita a ratos
sentarse,
que soy mortal en suma,
estoy tocado,
que los dioses no requieren de sillas.
Silla, tú también cazas,
tú eres también la muerte,
contigo misma me domas
y te parapetas contra mí
como en el circo se hace con caducos leones.
Pero yo lo sé, vigilo, duermo de pie,
bebo en la barra, estoy alerta.

A VECES ME PARECE, Roberto Juarroz

A veces me parece
que estamos en el centro
de la fiesta
sin embargo
en el centro de la fiesta
no hay nadie
En el centro de la fiesta
está el vacío
Pero en el centro del vacío
hay otra fiesta.