miércoles, 31 de diciembre de 2008

ESOPO, Fábulas

Éranse dos ranas vecinas. La una vivía en un estanque profundo, lejos del camino, la otra ocupaba una pequeña charca del camino. Entonces la del estanque aconsejó a la otra que se cambiara a vivir con ella para que disfrutara de una vida mejor y más segura. Aquélla no se dejó convencer, diciendo que le era duro desarraigarse del lugar al que estaba acostumbrada; hasta que pasó un carro por allí y la mató.