martes, 17 de noviembre de 2009

CUENTOS DEL EXILIO, Antonio Di benedetto

Me proyecto a un opuesto perfecto de la amargura, la violencia y el mal, y me veo a mí mismo convertido en pan dulce, en "panettone" italiano de harina, pasas y frutas escarchadas. Convertido en pan dulce, espolvoreado de azúcar impalpable, estoy en el escaparate de una pastelería, entre blancas tartas de bodas y cajas de bombones listadas de papel celofán de colores.

Una señora elige y compra ese pan dulce, es por la navidad. En su hogar un filoso cuchillo me corta, una mano me distribuye y muchos dientes me destrozan.