jueves, 8 de noviembre de 2012

LA ZARIGÜEYA DEL FUTURO, Ambrose Bierce

Un día, una Zarigüeya que se había quedado dormida colgada por la cola de la rama más alta de un árbol se despertó y vio una larga Serpiente enrollada en la rama, entre ella y el tronco del árbol.

—Si me quedo aquí —se dijo a sí misma—, me va a comer; y si me suelto, me romperé el cuello.

Pero, de pronto, se le ocurrió que podía disimular.

—Mi perfeccionada amiga —dijo—, mi instinto natural reconoce en ti una noble prueba y ejemplo de la teoría de la evolución. Eres la Zarigüeya del Futuro, el sublime Superviviente Final de nuestra especie, el resultado último de la adaptabilidad progresiva: ¡eres toda cola!

Pero la Serpiente, orgullosa de su destacado papel en los relatos bíblicos, era estrictamente ortodoxa y no aceptó esta interpretación científica de la realidad.