lunes, 13 de julio de 2009

WERTHER, Goethe

Muchas veces se ha dicho que la vida es un sueño, y no puedo apartar de mí esta idea. Cuando considero los estrechos límites en que están encerradas las facultades activas e investigadoras del hombre; cuando veo que la meta de nuestros esfuerzos estriba en satisfacer nuestras necesidades, las cuales, a su vez, sólo tienden a prolongar una existencia efímera; que toda nuestra tranquilidad sobre ciertos puntos de nuestras investigacioens no es otra cosa que una resignación meditabunda, y que nos entretenemos en bosquejar deslumbradoras perspectivas y figuras abigarradas en los muros que nos aprisionan; todo esto, Guillermo, me hace enmudecer. Me reconcentro en mí mismo y hallo un mundo dentro de mí; pero un mundo más poblado de presentimientos y de deseos oscuros que de realidades y de fuerzas vivas. Todo, entonces, se tambalea ante mis sentidos, y sigo por el mundo con mi sonrisa de ensueño.