jueves, 13 de noviembre de 2008

RAY BRADBURY, El abismo

Que un hombre quiera vino, otro sillones para la sala de estar, un tercero un planeador con las alas de murciélago para remontar los vientos de marzo lleva a la construcción de electroperodáctilos aún mayores para elevarse sobre vientos aún mayores... Algún imbécil quiere árboles de Navidad y algún sabio va a cortarlos. Junta las piezas, engranaje sobre engranaje, deseo sobre deseo, y allí estoy yo para aceitar el mecanismo y hacer que funcione. En otros tiempos yo habría desvariado: "¡Sólo lo mejor es mejor, sólo la calidad es verdadera!" Pero las rosas nacen del estiércol. Lo mediocre es necesario para que lo excelente florezca. Y yo seré el Mejor Mediocre y combatiré a todos los que digan: "¡Claudica, sucumbe, revuélcate en el polvo, dejaque las zarzas corran sobre tu tumba viviente!" Mostraré mi descontento con las herrantes tribus de los hombres monos, las personas-corderos que mascan en prados lejanos y de las que se alimentan los lobos barones terratenientes feudales que se enrarecen en las pocas cumbres de rascacielos y atesoran alimentos que nadie recuerda. Y mataré a esos villanos con abrelatas y sacacorchos, los atropellaré con fantasmas del Buick, el Kissel-Car y el coche lunar, los apalearé con látigos de regaliz hasta que griten: "¡Piedad!". ¿Se puede hacer eso?